viernes, 3 de junio de 2011

SI APRENDIÉRAMOS DE LA HISTORIA .......

     Hiroshima, Palomares, Chernobil, Fukushima,...parecen ser insuficientes para frenar la ambición humna y aumentar nuestra responsabilidad. Tan solo es necesario analizar una de estas catástrofes para comprobar el pelio al que se expone la humanidad al utilizar elementos nucleares. Sin embargo, tal y como podemos comprobar, el ser humano desafía estas amenazas y sufre sus consecuencias. ¿Qué es lo que hemos aprendido a lo largo de estos años? ¿Hemos olvidado lo sucedido y sus consecuencias?
     A diferencia de otras catástrofes, las nucleares, no suelen recordarse con  demasiada frecuencia entre las altas esferas de la política internacional. De hecho una vez que se han producido parecen convertirse en "secreto de estado", pues ni tan si quiera se informa a la población de las consecuencias que acarrean estos desastres. Ejemplo a ello es el episodio nuclear que tuvo lugar en Chernobil, en el que la población convivió durante días con un altísimo grado de radioactividad, con la absoluta certeza de que nada se salía fuera de la normalidad; así como el caso español de Palomares en el que el gobierno tampoco mostró mucho más interés que los soviéticos. Parece increible, de no ser por las ocasiones que ha ocurrido, que los líderes políticos actúen de una forma tan fría y desconsiderada hacia sus ciudadanos. En realidad es una actitud bastante cobarde por su parte: no establecen las medidas de seguridad necesarias o aprueban la utilización de armamento, y después pretenden ocultar el mayor número de información a la población mientras se mantienen a salvo.
     En cuanto a mi opinión personal a cerca de la utilización de la energía nuclear, considero que esta fuente de energía no sólo es peligrosa a causa de sus posibles problemas técnicos, sino también por los desechos que ocasiona y que igualmente contaminan gradualmente el planeta. Sin embargo comprendo que para eliminar la actividad de las centrales antes debemos potenciar las fuentes de energía renobables. 

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